EL PEOR CRÍTICO PARA TU OBRA ERES TÚ MISMO
Hace algunos meses encontré en
las redes sociales a una persona con los mismos anhelos y esperanzas que yo.
Después de charlar varias noches con él, un día recibí en mi correo parte de la
obra que estaba escribiendo, alrededor de 50 páginas. Al día siguiente y sin
más dilación me puse a leer renglón tras renglón. Simplemente me encantó y al
volver a charlar con él le di mi opinión, con honestidad y realismo. Le note
reacio a recibir halagos, casi me atrevería a decir que se puso en guardia. Al
principio no entendí su postura pero después de volver a chatear más de una
hora me di cuenta de su problema, un
miedo atroz a recibir críticas que le hacía desconfiar en demasía de los
cariños. Solo conmigo se había atrevido a dar a conocer parte de su obra y
aunque matice que mi opinión, sobre su trabajo, era muy aceptable, simplemente
me llamo hipócrita y hasta hoy no he recibido noticias suyas. En este episodio
he pensado hasta la saciedad e incluso he leído varias veces la conversación
que mantuve y no he encontrado que frase dije o hice para ofenderle.
Todo esto me hecho pensar y por
eso he colocado este título. Creo que ese señor, que por supuesto me merece
todos los respetos, tenía un miedo atroz a recibir críticas a su trabajo aunque
quizá la peor crítica la recibía de él mismo.
Si mi modesta opinión importa,
creo que el escritor y el lector deben de ir de la mano. Como dijo Voltaire “La
escritura es la pintura de la voz”; ó Camilo José Cela “La
más noble función de un escritor es dar testimonio, como acta notarial y como
fiel cronista del tiempo que le ha tocado vivir”. Entonces ¿por qué
ocultar al mundo tus creaciones? Si uno cree en lo que hace no se debe de tener miedo
a la crítica. Si esta llega de forma constructiva será mucho mejor, nos
dará un toque de atención y podremos poner más énfasis en nuestros escritos.
En nuestro mundo, me refiero al
interior, a veces aparece nuestro yo más cruel. Nos atenaza de tal forma que no
recibimos nada más que indecisión y desconfianza a lo que hacemos. Yo he
luchado muchas veces con esa fiera y le he plantado cara. Es una lucha sin
cuartel, pero merece la pena combatir con el peor censor de nuestros actos,
nosotros mismos.
DONDE QUIERA QUE TE ENCUENTRES
AMIGO LUCHA CONTRA TUS MIEDOS, TU OBRA MERECE LA PENA SER LEIDA POR LA
HUMANIDAD.
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